martes, 12 de enero de 2010

Reflexiones tras las Navidades.

Dicen que las Navidades son para descansar. Mentira. Entre los problemas del post anterior y lo que os voy a contar, amén de las chapucillas de bricolaje de casa, se me fue todo el tiempo.

Pero esas historias quedan para otro día, que ahora me voy a centrar en mi mayor reto informático hasta la fecha (sin cobrar, ojo: con retribución ha habido otros). Y como decían en algún que otro blog, quien tiene un amigo informático sí tiene un tesoro. Yo añadiría "y en caso de no haber ninguno, el que más se le parezca".

Estas Navidades me ha tocado hacer de "chapuzas informático" para la familia. Lo de chapuzas es porque mis conocimientos no son suficientes para considerarme informático: sé cosillas, me informo mucho, intento aprender continuamente, soy totalmente autodidacta en esto de la informática.... pero nada más. Lo de familia, es por la parte política.

Pero sigo, que me voy por las ramas.

La batalla ha sido contra un HP Pavilion dv6685es, empezó aproximadamente a día 21 de Diciembre y no acabó hasta el pasado Domingo 10 de Enero. Básicamente, la petición era sustituir Vista por XP en un portátil, para poder ejecutar juegos en éste último sin problemas. Además, no me dediqué a tiempo completo, sino en mis ratos libres. Mentiría si dijera que por momentos no me divertí. Pero la sensación de mala uva que te llevas cuando no consigues arreglar lo que sabes que puedes, te corroe, se convierte en obsesión y te obliga a decir "por mis parte_del_cuerpo_que_se_prefiera que te arreglo".


Por eso, cuando finalmente lo conseguí, el subidón fue tremendo. Aunque sólo duró 10 minutos.

Porque una vez acabado el problema, pensé:

-"¡Coño! Todo este tiempo para sólo instalar XP en un puñetero portátil..."

Entonces empecé a recordar todo lo que realmente había hecho:

-"Bueno, el portátil estaba optimizado para Vista, he mantenido a salvo la partición de recuperación por si las moscas, encontrar todos los drivers ha sido toda una aventura de una semanita, XP no trae los drivers del disco duro SATA y por eso no lo reconocía al intentar instalarlo, intenté deshabilitar el modo SATA nativo del disco duro pero la BIOS viene limitada de fábrica y si la reflasheo puedo cargármelo, tuve que conseguir un XP (legal, ojito), busqué información por la web hasta dar con el programita nLite, aprendí a usarlo (ésto sólo me llevó 5 minutos), integré los drivers SATA en el CD de instalación de XP como se mencionaba, comprobé que fallaba, volví a buscar hasta darme cuenta que tenía que haberlos integrado en modo texto, integrarlos y comprobar que ahora sí funcionaba, instalar XP y todos los demás drivers, recuperar el arranque de Grub con un CD-Vivo (LiveCD para los anglosajones) y tacháaaan..."

Y como mi cerebro seguía acelerado, pensé:

-"Instalar la Ubuntu 8.04 no me dio ni la cuarta parte de problemas. Y eso incluyendo el post anterior".

Al menos estas Navidades, me he ganado el derecho a empacharme. Sólo espero no acabar como el de debajo.

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